miércoles, 2 de diciembre de 2009

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Hoy en día, si pudiéramos elegir el sexo al nacer la mayoría de las personas elegirían ser hombre. No es que yo diga que no me guste ser mujer, pero es una realidad. Nos intentan vender que en nuestra sociedad hay igualdad de sexos, pero simplemente tenemos que mirar a nuestro alrededor para darnos cuenta de que no es asi.

La igualdad de oportunidades de promoción profesional, la igualdad familiar en el cuidado de los hijos y la misma remuneración para trabajos de igual valor, son ejemplos que se tendrían que llevar a cabo para que la igualdad fuera posible.

En una trabajo, una mujer es infravalorada por el hecho de tener hijos, y es que no se la ve como una trabajador eficaz que luego llega a casa y sigue con su tarea, sino que se la ve como una trabajadora que tiene que estar pendiente de unos niños y no rinde lo suficiente. Éste pensamiento se da porque hoy día no está implantada aún la igualdad familiar en el cuidado de los hijos, y digo aún porque espero que esta situación consiga cambiar algún día, ya que se sigue viendo a la mujer como la que tiene que estar en casa para sacarla adelante y al hombre en el trabajo para poder dar de comer a su familia.

En el caso de que no tenga hijos, es una amenaza para ellos igualmente, ya que está la opción de que se quede embarazada y pida las bajas correspondientes. Lo ven un problema que se acaba con facilidad, no contratando a las mujeres o despidiéndolas cuando se quedan embarazadas.

Esperemos que esta situación cambie y se consiga llegar a una real igualdad de sexos.


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